Lux sin los extranjeros no es nada

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Esta frase resume realistamente y francamente la realidad luxemburguesa por mucho que los Luxemburgueses se empeñen en negarlo….

Así lo constata oficialmente la Cámara de Comercio en el informe socio-económico de los extranjeros, lo que lleva a cuestionar la poca integración política y social que tienen los extranjeros en este país.

“Luxemburgo tiene que aceptar que sin los recursos transfronterizos tanto su economía, como el país en su globalidad tal como es hoy en día, dejarían de existir”

La revista « Actualité & Tendances » de la Cámara de Comercio Luxemburguesa resalta la importante y necesaria contribución extrajera al éxito económico luxemburgués y propone reformas para reforzar la cohesión social y la capacidad de integración. La Cámara revindica un sistema más sencillo para la obtención de la nacionalidad luxemburguesa, un régimen lingüístico adaptado y realista con las empresas reforzando el estatuto del francés y del alemán, una función pública modernizada y menos cerrada, un aumento de la participación de los extranjeros en la vida política y medidas para reducir la segregación de los extranjeros en le mercado del trabajo.

Algunos datos:

– 43% de los habitantes en el GD no son ciudadanos residentes. Así gracias a la inmigración Luxemburgo no sufre de reducción demográfica.

– ¾ de los asalariados y creadores de empresas NO son luxemburgueses

– El número de empleos en los últimos 20 años ha doblado y en el mismo periodo el trabajo transfronterizo ha sufrido una progresión de ¡450%!

– La parte que representa el comercio exterior en el PIB progresa de la misma forma que el consumo de los hogares de residentes. Los capitales extranjeros invertidos en la economía luxemburguesa han llegado a representar 2.8 veces la riqueza económica producida en suelo luxemburgués.

Se mire como se mire, está claro que el aporte de los extranjeros es esencial y sin el cual la economía luxemburguesa no sería ni capaz de cumplir sus funciones básicas.

Sin esta economía resplandeciente Luxemburgo no podría beneficiarse de unos de los sistemas retributivos más generosos del mundo del cual se benefician los habitantes del país.

Sin embargo las reformas creadas por al ley de octubre 2008 sobre la nacionalidad luxemburguesa, sobretodo la generalización del principio de nacionalidad múltiple y la introducción de un derecho de tierra de segunda generación, van a retrasar la internacionalización de la composición de la población. Luxemburgo debe adoptar reformas para garantizar la cohesión ordenada y democrática de los autóctonos, pronto en minoría, con los extranjeros. Debe optimizar su capacidad de integración y hacer que los extranjeros se sientan a gusto. ¿Cómo? Mostrándose más abiertos a los extranjeros y proponiendo un sistema más coherente que permita la integración real de los extranjeros.

Las barreras lingüísticas: gran problema

Según la Cámara el problema tiene tela.

La ley de febrero del 1984 sobre los idiomas se encuentra en el corazón del debate lingüístico. El Luxemburgués es el idioma nacional, el francés el idioma de la legislación y tanto el alemán como el francés son los idiomas administrativos y judiciales. Esta situación multilingüe pone muchos problemas a los extranjeros, sobre todo en los colegios luxemburgueses donde es el origen de grandes problemas y fracasos escolares. Muchos niños y jóvenes fracasan no por falta de competencias, sino por problemas lingüísticos.

Si desde 1984 el nivel económico y de población ha aumentado fulgurantemente no es para nada el caso de la política y de la situación lingüística, que siguen apalancadas. Mientras que la economía se internacionalizaba, la población autóctona se cerraba. Así muchos Luxemburgueses han optado por la vía de la” seguridad” ocup ando empleos en la administración publica: 1 de cada 4 asalariados luxemburgueses es funcionario (cifras del 2008) y más del 40% de los trabajadores luxemburgueses trabajan en el sector público. 87.3% de los funcionarios tienen la nacionalidad luxemburguesa (mientras que en el mismo momento, 2008, la economía tenía 71% de extranjeros).

Se quiere abrir la cuota de los extranjeros en la función pública de 7% (1995) a 13% (2009), pero sigue siendo bastante ridícula.

En cuanto a la política, el déficit democrático de los extranjeros es evidente. Además el electorado y la sociedad autóctona han envejecido y son cada vez menos representativos de la realidad socio-económica del país, sin embargo están legítimamente dotados del derecho a voto e influyen de forma desproporcionada la política del país. Por otro lado los extranjeros están totalmente sub-representados.

Luxemburgo tiene por tanto una sociedad “a dos niveles” y que evoluciona a dos velocidades distintas, lo cual es un riesgo importante para le país sobre todo a nivel competitivo….

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